La Orden Carmelita celebra el Día de las Monjas de Clausura, Pro orantibus. El Prior General envía una carta
En reconocimiento de Pro orantibus, el día que la Iglesia dedica a las monjas contemplativas, el padre Míceál O'Neill, prior general de la Orden Carmelita, escribió a los monasterios de la Orden. La carta se centra en que 2024 será el Año de la Oración, como anunció el Papa Francisco a principios de año. El prior general conecta este año de oración con el carisma carmelita, escribiendo a aquellos «que encarnan el carisma carmelita para pensar en nuestra vocación a orar, a orar más intensamente nosotros mismos y a ayudar a otros a orar.»
Reflexionando sobre el Evangelio leído en las celebraciones tanto de Santa Teresa de Lisieux como de San Francisco de Asís, encuentra que Dios revela «verdades a niños como nosotros» en la oración. «La oración es una comunicación entre personas divinas y humanas unidas por el amor». La gran monja carmelita, Santa María Magdalena de' Pazzi, nos enseña sobre el momento después de la Sagrada Comunión, cuando comenzó a pensar en el Evangelio que había escuchado en la Eucaristía. «No había mejor lugar para ella en ese momento».
El P. Míceál también explora la tradición de oración y contemplación de la Orden, tal y como se recoge en las Constituciones de la Orden para las monjas. Señala que la revisión de las de los hombres en 2019 centró la mayor atención en la contemplación. Recordando que las monjas están muy avanzadas en el proceso de revisión de sus propias Constituciones, señala que las revisiones propuestas reconocen claramente que el don de la contemplación es el «carisma y la llamada de las monjas de un modo que os permita vivir esa vocación vosotras mismas y explicarla a la Iglesia de hoy y a quienes se acerquen a vosotras en el futuro...»
El prior general señala que la oración litúrgica «es el lugar privilegiado querido por Cristo para nuestro encuentro con él». Percibe movimiento en la Orden hoy «para recuperar y potenciar nuestra rica tradición litúrgica». Destaca una reciente publicación y el Congreso Litúrgico previsto para mayo. Pide que las liturgias celebradas durante el Año Jubilar «contribuyan a ... iluminarnos y movernos a buscar la reconciliación en las familias, en la Iglesia, en las comunidades».
Por último, el P. Míceál habla de la oración como «discernimiento, discernimiento a solas en la celda, alimentado y completado por el discernimiento en la comunidad y viceversa». Escribe que «una comunidad que se reúne para orar y hacer discernimiento comunitario es una comunidad capaz de crecer en madurez y responder cada día, más plenamente, a la llamada a la santidad que es la unión con Dios». Y concluye «la unión con Dios no existe sin la unión con el prójimo, la unión con nuestras familias, la unión con nuestra comunidad religiosa.»
Concluye deseando que este día de Pro orantibus sea una experiencia de alegría para las hermanas y un momento de renovación del amor a la oración en sus vidas.