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Carta del Prior General por la JMJ 2023
Quedan menos de 300 días para que miles de jóvenes de los cuatro rincones del mundo se den cita en Lisboa en la Jornada Mundial de la Juventud 2023.
La invitación está abierta para unirse a cantar y celebrar con una sola voz del 1 al 6 de agosto de 2023.
“María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39) es la cita bíblica elegida por el Papa Francisco como lema de la JMJ, que tendrá lugar por primera vez en Lisboa, capital de Portugal.
Con motivo de la JMJ 2023, Míċeál O'Neill, Prior General de la Orden, ha querido enviar un mensaje para animar a los jóvenes y a los carmelitas que trabajan con ellos a participar en las celebraciones.
En palabras de P. Míċeál, la JMJ "ha demostrado ser un acontecimiento en el que muchos jóvenes encuentran una fuente de inspiración, compañía y alimento para sus vidas."
El Prior General visitó la comunidad de Mesagne
En el año en que la comunidad parroquial celebró el quinto centenario de la presencia de los Carmelitas en Mesagne, así como la inauguración de la Casa "Beata Maria Teresa Scrilli" de las Hermanas del Instituto de Nuestra Señora del Carmen, la Basílica Menor Pontificia del Carmelo de Mesagne acogió, con motivo del inicio de la Novena de preparación a la fiesta patronal, al Prior General de la Orden de los Carmelitas, el padre irlandés Míċeál O'Neill, que durante su estancia se reunió con el obispo de la diócesis de Brindisi-Ostuni, Su Excelencia Mons. Domenico Caliandro, y el alcalde de Mesagne, Toni Matarrelli. El padre O'Neill presidió las celebraciones eucarísticas de los dos primeros días, el miércoles 6 y el jueves 7 de julio.
En particular, en la noche del 6 de julio, en presencia de los miembros del comité técnico-científico promotor de las sesiones periódicas de estudio histórico, social y cultural de los últimos meses, y en comunión con todos los sacerdotes de la ciudad mesagnesa, invitados al evento, la parroquia participó activamente en la fiesta de bienvenida del General, animada -a partir de las 21.30 horas- por la presencia de la soprano M° Chiara Marangio y del pianista M° Damiano Tamburrino.
En la mañana del 7 de julio, en el Palacio Celestini, sede del Ayuntamiento de Mesagne, el Prior General visitó la parroquia de la Santísima Virgen del Carmen con motivo del inicio de la Novena de preparación a la fiesta patronal, y se reunió con el alcalde de la ciudad mesagnesa, Toni Matarrelli, y el presidente del Consejo Municipal, Omar Ture.
El padre O'Neill estuvo acompañado por el párroco, el padre Enrico Ronzini, y por el padre Cosimo Pagliara, prior provincial de la provincia napolitana, a la que pertenece la basílica mesagnesa.
Matarrelli, que calificó la visita del General como "un gran honor para Mesagne y para la parroquia en la que crecí", expresó palabras de reconocimiento y agradecimiento por la presencia activa de los Padres Carmelitas en Mesagne desde 1521, y homenajeó al Prior General con un ejemplar de la "Messapografía" del historiador Diego Ferdinando (editada por Domenico Urgesi y Francesco Scalera) y del volumen "Still Appia" (libro fotográfico que recoge imágenes del Regina Viarum entre Roma y Brindisi), a los que añadió la obliteración filatélica de la tarjeta postal que representa la ciudad de Mesagne con motivo del trigésimo aniversario de la creación del Commissariato di Pubblica Sicurezza.
A su vez, los Carmelitas hicieron un regalo a la administración municipal con las últimas publicaciones editadas por la Provincia Napolitana, recordando en particular la figura de San Tito Brandsma, sacerdote carmelita, teólogo y periodista ejecutado en el campo de concentración de Dachau por oponerse a la propaganda nacionalsocialista.
Tras la celebración eucarística vespertina (a la que siguió un concierto de la arpista de fama internacional Claudia Lamanna), el Prior General visitó Mesagne a última hora de la tarde, acompañado por un guía facilitado por la administración municipal.
Videomensaje a la Familia Carmelita
Videomensaje a la Familia Carmelita con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo
Hermanas y Hermanos en el Carmelo,
Quisiera desear a todos los carmelitas y a todas las carmelitas una muy alegre y fructífera celebración de la Solemnidad de la Virgen del Carmen 2022. Nuestros espíritus estan más ligeros este año por la sensación de que podremos celebrar plenamente nuestra Fiesta patronal, porque el peligro de la Covid-19 no está tan fuerte como antes.
La alegría que sentimos este año tiene mucho que ver tambien con la canonización del Santo Titus Brandsma que celebramos hace apenas dos meses, cuando Carmelitas de muchas partes del mundo se reunieron en Roma mientras muchos más seguían todo el acontecimiento a través de las redes sociales. El buen sentimiento que generó ese evento permanecerá con nosotros por mucho tiempo, mientras profundizamos el legado de nuestro hermano Titus y lo ofrecemos al mundo como una maravillosa expresión de lo que significa ser un verdadero seguidor de Cristo en la tradición carmelita.
A pesar de todas las cosas buenas que están pasando, no todo está bien hoy en nuestro mundo. Todavía vivimos con la amenaza de la guerra y de la violencia en muchas partes del mundo porque todavía hay gente que cree que el recurso a las armas es una forma legítima de lograr sus objetivos. Nosotros pero venimos de una cultura diferente, una cultura que San Titus Brandsma defendió y por la cual sufrió en su vida. Es la cultura de la paz, y del perdón. Es la cultura che dice que somos todos y todas, hermanos y hermanas los unos de los otros y que es impensable levantar las armas el uno contra el otro. A través de esta cultura tenemos que encontrar la manera de usar el poder del amor y el poder de la verdad para superar todas nuestras dificultades.
Un expresión de esta cultura que hemos visto este año es la hospitalidad brindada, por distintas comunidades carmelitas, a los refugiados del conflicto en Ucrania, por lo cual doy gracias.
Ruego a Dios con todos los carmelitas este año que al reflexionar sobre lo que significa para nosotros el Monte Santo, podamos saber lo que significa ponerse la armadura de Dios (Regla 21) y responder a la demanda de forjar de nuestras espadas arados y de nuestras lanzas podaderas. (Is 2).
Paz, alegría y felicidad para todos Ustedes.
Míċeál O’Neill, O. Carm
Prior General
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Carta a la Familia Carmelita
Carta a la Familia Carmelita con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo 2022
Hermanos y hermanas de la Familia Carmelita:
Al acercarse la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, nos encontramos con ánimo festivo. Queremos celebrar y dar gracias a Dios por todo lo que la Virgen del Carmen significa para nosotros. En particular, queremos dar gracias a Dios y a la Virgen porque el miedo que teníamos al Covid 19 el año pasado por esta época ha disminuido y la vida de muchos está volviendo a una cierta normalidad. Al mismo tiempo, seguimos pidiendo la protección de la Virgen para nosotros y para el mundo.
Este año hemos sido bendecidos con la canonización de San Titus Brandsma. ¿Quién podrá olvidar aquellos días de alegría y felicidad en Roma, y aquel momento en la plaza de San Pedro en el que, junto con otros nueve discípulos de Cristo, nuestro hermano Titus fue declarado santo?
Lamentablemente, este año también ha estado marcado por la invasión de Ucrania por parte de las fuerzas rusas, lo que se añade a tantos otros males que causan mucho sufrimiento a personas inocentes en todo el mundo. Pensemos en los numerosos desplazados, sin hogar, que viven en campos de refugiados, muchos de ellos mujeres y niños. Mientras tanto, los hombres siguen siendo arrastrados a luchar en conflictos que no han deseado.
La celebración de Nuestra Señora del Monte Carmelo y el ejemplo e inspiración de San Titus Brandsma, nos invitan este año a reflexionar sobre el don del Carmelo, tal y como lo vivió nuestro nuevo santo. Podemos ver que el Carmelo nos ofrece la motivación más profunda para trabajar por la paz. Podemos contemplar y hacer nuestro el deseo de Dios por la paz y la total dignidad de la persona humana.
Mientras María estaba al pie de la cruz, junto con Juan, el discípulo amado, y las demás mujeres, Jesús creó en ese momento un nuevo tipo de familia humana, construida no sobre lazos de la sangre, sino basada en personas que se cuidan unas a otras. Ahora es el hijo quien acoge a la madre en su casa. Las cosas han cambiado. El sueño y el proyecto es que los hijos e hijas vengan al mundo y, a medida que crecen, lo hagan con la capacidad de cuidar cuanto existe para transmitirlo a los hijos e hijas que vendrán después.
Tanto el coronavirus como la acogida de los refugiados del conflicto de Ucrania nos han dado en muchos casos nuevos ejemplos de cómo las personas se cuidan unas a otras, especialmente en tiempos de profundo sufrimiento. Mientras observábamos las precauciones en torno al coronavirus, sabíamos que nos estábamos protegiendo a nosotros mismos y también a los demás. Cuando aceptamos restringir nuestro contacto social, lo hicimos para ayudar a detener la propagación del virus, algo que ahora, gracias a Dios, parece estar a nuestro alcance. Mientras tanto llegó a nuestras puertas el flujo de refugiados procedentes del conflicto en Ucrania. En toda Europa ha habido una actitud de acogida que nos ha sorprendido incluso a nosotros mismos. Gobiernos y ciudadanos particulares han abierto sus oficinas y casas familiares para acoger a personas que se vieron, en un instante, en la necesidad de abandonar sus hogares y sus medios de vida para buscar refugio de un ataque que caía de los cielos.
El Monte Carmelo representa para nosotros un lugar de encuentro místico y fraternal, donde los hermanos alcanzaron un conocimiento más profundo de Dios y de los demás a través de su vida de soledad y de comunidad, meditando día y noche la ley del Señor. Este es también nuestro camino. Bajo el amparo de la Santísima Virgen María, en obsequio de Jesucristo, por medio de nuestra soledad y junto a nuestros hermanos construimos junto a ellos una cultura de la paz para así dar a luz una Palabra de Paz al mundo.
Cada semana, en la Liturgia de las Horas, repetimos el cántico de Isaías, que habla de la montaña de la paz.
Sucederá en los últimos días
que el monte del Templo del Señor
se afirmará en la cumbre de los montes,
se alzará sobre los collados,
La montaña más alta es la más digna de honor. Si tuviera voz, su voz sería la que más escucharíamos. En medio de las muchas voces que nos dicen lo que debe ocurrir en el mundo, prestamos atención en la oración a la voz que habla de verdad, transparencia y amor, una voz y una visión que están por encima de todas las demás visiones, especialmente las que se basan en la preservación de los intereses creados de unos pocos, mientras millones de personas pasan hambre, no tienen hogar, han sido desplazadas.
y afluirán a él todas las naciones.
Irán muchos pueblos y dirán:
“Venid, subamos al monte del Señor,
al Templo del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus senderos,”
La montaña está al alcance de todos, pero necesita personas que guíen el camino. Aquí comprendemos cómo nos ayudamos e invitamos unos a otros a buscar los caminos del Señor, el camino más elevado, el que respeta la plena dignidad de la persona humana, y el que escucha el grito de cada uno de los hijos de Dios.
porque de Sión saldrá la Ley,
y de Jerusalén la palabra del Señor
El monte Sión y Jerusalén, la ciudad construida en lo alto, a la que el pueblo sube cantando sus canciones, se ha convertido hoy en un lugar de conflicto. Siguen siendo, para los creyentes, la representación del compromiso y la cercanía de Dios con su pueblo, a través de un pueblo y un lugar elegidos. Es en Jerusalén donde Dios establecerá la paz para su pueblo. "La paz sobre Jerusalén". (Sal 122)
Él juzgará entre las naciones,
y dictará sentencia a muchos pueblos.
¿Dónde están hoy los líderes que hablen sobre el juicio justo, que miren a la sabiduría superior de Dios, para encontrar así la sabiduría que resuelva los conflictos y marque el camino que lleve a la paz y al bienestar de todos? El juicio, debe estar basado en la verdad, y en la sabiduría. Nuestra sabiduría viene de la Palabra de la Sabiduría. La encontramos en María, y en los santos del Carmelo. Es la sabiduría por la que somos capaces de juzgar todo lo que vemos a nuestro alrededor. En ese juicio vemos la obra de la salvación, y añadimos nuestro sí y nuestra colaboración a la obra de Dios.
De sus espadas forjarán azadas,
y de sus lanzas, podaderas.
No alzará espada nación contra nación,
ni se adiestrarán más para la guerra.
¿No es eso lo que a todos nos gustaría ver? Durante mis años en Perú, solía ver a los niños desfilar en la plaza del pueblo el día de la Independencia, con fusiles y ametralladoras de juguete en sus manos. A esa temprana edad se les enseñaba a pensar que un arma de destrucción era más importante como forma de defender a la nación que un instrumento de trabajo honrado, una pluma, una pala, unas agujas de tejer, un crucifijo. La imagen que tenemos de Titus Brandsma es la de un pacificador, en medio de sus libros, con la pluma o la pipa en la mano, en profunda conversación con colegas, compañeros carmelitas, estudiantes. Para él, un periódico era una forma de defender la verdad y la libertad de toda persona humana.
Titus Brandsma buscaba la motivación más profunda en todo lo que hacemos y esperamos. Veía a los carmelitas como personas portadoras de la Palabra, al igual que María era portadora de la Palabra. Esa Palabra es la paz. Aquellos que han recibido esa Palabra, y la aprecian, son personas que pueden llevar esa Palabra al mundo y hacer que ésta nazca en el mundo. En sus notas para un retiro, Titus sugirió que "de María debemos aprender a quitar de nuestros corazones todo lo que no pertenece a Dios. De ella podemos aprender a abrir nuestros corazones a Dios de manera que se llenen de su gracia. Entonces Jesús entrará, nacerá de nuevo en nosotros y crecerá en nosotros. Se hará visible en las cosas que hacemos, y vivirá en nosotros. Cuanto menos llenos estemos de Dios, más pobre será nuestra vida. Con María, llena de gracia, viviremos la vida de Dios y encontraremos en nuestra unión con el Señor nuestra propia gloria y salvación".
Nuestros fundadores del Monte Carmelo idearon un modo de vida que era una fórmula de paz, como respuesta a las fuerzas armadas que les impedían entrar en la Ciudad Santa, Jerusalén. María estaba en el centro de ese plan de paz. No recurrirían al conflicto armado, sino que se ponían la armadura de Dios.
Al igual que San Titus rezó para que un día Alemania y los Países Bajos caminaran juntos por el camino de la paz, mi oración para todos nosotros al acercarnos a la solemnidad de Nuestra Señora del Monte Carmelo es que aprendamos realmente los caminos de la paz desde la más tierna infancia hasta el final de nuestros días, y junto con el profeta, digo: Oh casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Que los carmelitas de todo el mundo cumplan su vocación de ser portadores de la Palabra, y que esa Palabra sea realmente la Palabra que es la Paz.
Fraternalmente,
Míċeál O’Neill, O.Carm
Prior General
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P. Míċéal O'Neill elegido en el comité ejecutivo de la USG
El Prior General de los Carmelitas, Míċéal O'Neill, O. Carm., fue designado para el comité ejecutivo de la Unión de Superiores Generales (USG). Será el representante de las órdenes mendicantes. El P. Míċéal también fue seleccionado como uno de los miembros de la llamada Comisión de los 16.
El Comité Ejecutivo es responsable de las decisiones ordinarias de la Unión y de la aplicación de las resoluciones de la Asamblea. La Comisión de los 16 está formada por ocho religiosos y ocho religiosas. Tienen el encargo de entablar puntualmente un diálogo formal con la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Asociaciones de Vida Apostólica.
Los miembros también eligieron al P. Arturo Sosa S.J., para un segundo mandato como presidente de la USG. Los recién elegidos ejercerán su cargo para el periodo 2021-2024.
La USG fue creada "para promover la vida y la misión de cada uno de los institutos al servicio de la Iglesia, para una colaboración más eficaz entre ellos y para un contacto más fructífero con la Santa Sede y la jerarquía". Sus miembros son los superiores generales de los Institutos Religiosos masculinos o Sociedades de Vida Apostólica de Derecho Pontificio. En la práctica es un foro voluntario para el intercambio de información y acompañamiento.
La 96ª Asamblea de la organización se celebró del 24 al 26 de noviembre de 2021 en la Fraterna Domus, un centro de la Associazione Volontari del Servizio Sociale Cristiano.
Mensaje en vídeo por la Fiesta de la Virgen del Carmen 2021
El P. Míceál O'Neill, O.Carm., Prior General de la orden, exhorta a todos los miembros de la Familia Carmelita a celebrar con alegría y en oración la fiesta de la Virgen del Carmen el 16 de julio de 2021.
Un mensaje para Navidad
Feliz Navidad, hermanos frailes de nuestra orden, hermanas contemplativas de nuestra orden, hermanos y hermanas carmelitas de la vida apostólica, laicos y laicas carmelitas de todo el mundo, es el momento de desearles todos, en nombre mío y en nombre del Consejo General de los frailes, muy felices pascuas.
Las circunstancias cambian, pero el mensaje navideño no cambia nunca. "El Verbo se hizo carne y vino a habitar entre nosotros". Es el mensaje que cada año renueve nuestro ánimo y nuestro espíritu. Jesús ha venido, como salvador y hermano de todos. La Navidad de este año 2020 nos encuentra más pobres, más enfermos, más asustados, pero también más fuertes y animados por lo que hemos visto de la verdadera bondad de las personas que sacrifican su vida cada día por el bien de los demás, en las circunstancias tan difíciles causadas por el Coronavirus. Y eso no es todo. Por un lado asistimos cada vez mas a muertes violentas, muertes en el mar, muertes por delitos, muertes por el hambre y por la guerra, y por otro lado, vemos personas humildes que salvan vidas, respetan la vida, hacen todo por vivir la vida en plenitud, respetando la dignidad de todos y de la misma casa común. Démonos el regalo este año de una Navidad más sencillo, más evangélica, más pura, mas alimentada de oracion, más sensible a las necesidades de los demás: los pobres, los enfermos, los migrantes, los que no tienen hogar no para ellos ni para sus familias. Confiemos unos a otros y a toda la humanidad al amor tierno de María y de José en cuanto acogemos el don de Jesús, Dios hecho hombre que nos une en una sola familia, con una sola voz que canta con los ángeles, "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra entre aquellos y aquellas que el Señor ama". Que el Dios de la paz, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, en estos días santos, llene vuestras vidas con su alegría y su paz. Asi sea.
El Patrocinio de San José sobre el Carmelo
Carta de los Superiores Generales O.Carm. y O.C.D. a la familia carmelitana en el 150º aniversario de la proclamación del patrocinio de san José sobre la Iglesia universal.
Este año 2020 hemos celebrado la fiesta de san José en medio de una pandemia que nos ha obligado a permanecer encerrados en nuestras casas. Precisamente en esos momentos hemos sentido todavía de un modo más intenso la necesidad de dirigirnos a aquel hombre justo y fiel, que conoció el cansancio, el exilio y la preocupación por el mañana, sin que decayese su ánimo, creyendo y esperando en Dios, que le había confiado una misión única: custodiar a Jesús y María, la familia de Nazaret, el germen de la nueva familia que Dios regalaba al mundo. El papa Francisco, en su homilía en Santa Marta, nos ha recordado las cualidades de san José: el hombre concreto, capaz de cumplir su obligación con precisión y profesionalidad y, al mismo tiempo, el hombre que entra en el misterio de Dios, más allá de su conocimiento y de su control, frente al cual se postra en adoración.
Descarga a continuación:
- pdf St Joseph, Patron of Carmel [EN] (459 KB)
- pdf El Patrocinio de san José Sobre El Carmelo [ES] (457 KB)
- pdf Il Patrocinio di San Giuseppe sul Carmelo [IT] (455 KB)
- pdf O Patrocínio de São José no Carmelo [PT] (450 KB)
- pdf Saint Joseph, Patron du Carmel [FR] (466 KB)
- pdf El Patrocini de Sant Josep Sobre el Carmel [CAT] (449 KB)
Priores Generales anteriores
Carta del Prior General en la Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo 2020
Carta a los frailes, monjas, hermanas y hermanos de congregaciones de vida apostólica, miembros de la Tercera Orden del Carmen, laicos carmelitas en general y todos los que celebran la fiesta de nuestra Señora del Monte Carmelo con especial devoción.
María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón (Lc 2, 52).
Queridas hermanas y hermanos en el Carmelo:
En este día de fiesta, en el que nos alegramos de ser hermanos y hermanas de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, me dirijo a cada uno de vosotros con el vínculo del amor. En estos días estamos pensando mucho, reflexionando, como María, sobre todo lo que está sucediendo en nuestro mundo. María conservaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2, 19), y, considerando lo que acontecía en su mundo, encontró la voluntad de Dios. María la contemplativa, María llena de gracia, llena de Dios, llena de Evangelio: ese es el tipo de persona que puede responder a lo que está sucediendo en el mundo de hoy.
En nuestro tiempo de confinamiento, es posible que nosotros, como personas que creemos en Dios, capaces de reflexionar, encontremos en estas nuevas condiciones nuevas oportunidades para la solidaridad y para la evangelización del mundo. Aquí hay nuevas manifestaciones de la voluntad de Dios, que nos ayudan a crecer y madurar como custodios de nuestro mundo y unos de otros.
Nosotros hemos crecido juntos en nuestras comunidades. Obligados a quedarnos en casa, reflexionando a solas o con otros, hemos descubierto mucho sobre las verdades de nuestra fe y de nuestra vocación carmelita. Mientras algunos hemos celebrado la Eucaristía incesantemente, otros tuvieron que recurrir a internet y hacer la comunión espiritual. Esto suscitó preguntas sobre cómo valoramos la Eucaristía. A las personas que la celebran diariamente, les resultó difícil adaptarse a estar privadas de ella. A las personas que eran fieles a la Eucaristía dominical, les resultó muy novedoso que les dijeran que no tenían que ir a Misa. Cuando volvamos a la celebración normal de la Eucaristía, quizá la celebraremos con mayor convicción y comprensión, después de aquel ayuno eucarístico.
Hemos vivido con restricciones y con miedo durante muchos meses. Hay familias en duelo. Los hospitales todavía están atendiendo a víctimas del coronavirus. Los médicos, las enfermeras y el personal sanitario han mostrado toda su entrega, profesionalidad y celo más allá de su deber. La gente ha hecho sacrificios para asegurarse de que había pan en nuestra mesa, y en todas partes se evalúan los daños producidos por la pandemia en seres queridos muertos, enfermedades, desempleo y la falta de recursos económicos. Podemos decir que estamos viendo una explosión de humanidad.
Si todo eso quedó atrás, pudríamos asumir una visión diferente, pero ahora que estamos aprendiendo a convivir con el virus y tratamos de no ceder al miedo de lo que ha de venir más adelante, todos tenemos que preguntarnos cómo hemos de cuidarnos unos de otros, cómo hemos de actuar en el futuro, para reducir los efectos negativos del virus y para crear una sociedad en la que no nos atenace el miedo y no se abandone a ningún necesitado. Simplemente, podría ser cuestión de atender y de compartir.
Me consumo de celo por el Señor (1R 19, 10)
Engendrar, cuidar y proteger son algunos de los carismas que vemos en María, la Madre de Dios y Madre nuestra. Cuando pienso en las diversas comunidades carmelitas de varones y mujeres en todo el mundo, me impresiona lo importante que es esta fiesta para todos nosotros. En algunos lugares dura un solo día; en otros lugares son tres días de reflexión y oración, y en otros son nueve días de novena. Las celebraciones están imbuidas de fervor y devoción, y con la convicción que nos hace pensar que quizá este es un momento en el que nosotros como carmelitas somos más celosos.
El mundo de hoy nos está pidiendo ser celosos. A lo largo de los siglos, los carmelitas han repetido las palabras del profeta Elías: “Me consumo de celo por el Señor Dios de los ejércitos” (1R 19, 10). Nuestra celebración de la fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo puede ser un momento muy apropiado para renovar, revivir y dirigir nuestro celo. Cuatro días después, tendremos otra oportunidad, cuando celebremos la fiesta del profeta Elías.
El celo es un don. Por eso hemos de pedirlo en la oración. Tenemos que pedirle a Dios que nos dé el celo para ser lo que decimos que somos. Pero la palabra “celo” no siempre es atractiva. A veces sugiere extremismo. No sentimos automáticamente que deseamos este celo. Recuerdo el celo de Juan el Bautista, la voz que grita en el desierto, que vivía de langostas y miel silvestre (Mc 1, 7), y lo comparo con la calma de Jesús hablando a la gente en la sinagoga (Lc 4, 21-22). Pienso en el Evangelio, donde vemos a Cristo en la Cruz y a María y a Juan al pie de ella. Todos estos son momentos de celo, si por celo entendemos un corazón que arde en deseos de todo lo que es bueno y un espíritu que se esforzará y se sacrificará por conseguirlo. La globalización del celo puede ser el antídoto a la globalización de la indiferencia, de la que el papa Francisco habla tan a menudo.
Y a nadie se le abandonaba en su necesidad (He 2, 45)
Cuando tomamos conciencia de nuestras necesidades recíprocas, comenzamos una nueva era de compartir. Dentro de nuestra familia, sabemos que algunas comunidades han perdido las entradas de sus recursos económicos. Entre los laicos carmelitas, hay quienes han perdido su empleo y cuyos hogares pueden estar amenazados por la pobreza. Los nuevos proyectos de nuestra familia siempre necesitarán recursos. A la vista de las necesidades que están emergiendo, hemos de volver a mirar al modelo de la primitiva comunidad cristiana, una imagen y una realidad que inspiró nuestra Regla carmelita. Esa comunidad estaba edificada sobre la oración, el escrute de las Escrituras, la fracción del pan y el compartir de todos los que tenían bienes para no abandonar a nadie en su necesidad (He 2, 42-45). Cuando somos conscientes de nuestras necesidades mutuas, podemos ayudarnos recíprocamente y así ser un ejemplo para otros del tipo de compartición que se necesitará en nuestra sociedad en el futuro, si no se ha de abandonar a ningún necesitado. Nos viene a la mente el diálogo del evangelio de san Juan (Jn 6, 9-10) en el que Andrés dice: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco hogazas de cebada y dos peces, pero ¿qué es eso para tanta gente?”. Al final, hubo comida para todos. En nuestro celo por las cosas del Evangelio, aceptaremos el reto de María en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5).
La celebración de este año será diferente de la de otros años. Como familia, nos hemos salvado de muchas maneras, pero no olvidamos a los que han muerto en Holanda y en Italia. Que nuestra celebración de hogaño esté marcada por nuestra oración por las personas, las familias y comunidades que han sufrido los peores efectos del Covid-19.
En esta fiesta, que cada uno de nosotros escuche las palabras que proceden de la cruz: “He ahí a tu hijo – He ahí a tu madre” (Jn 19, 26-27) y sepa que igual que nuestro Salvador nos mandó amarnos mutuamente y amar a María, sepamos cómo cuidarnos recíprocamente en la casa común bendecida por la presencia de María, nuestra Madre y Hermana.
Míceál O’Neill
El Prior General