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Viernes, 02 Diciembre 2022 13:53

Celebrando en Familia - Segundo Domingo de Adviento

¡Preparad el camino del Señor!
(Mateo 3:1-12)

La primera lectura del profeta Isaías de este fin de semana espera la aparición de uno que «sobre él se posará el espíritu del Señor, un espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza y, de conocimiento del poder del Señor’.
Él juzga a los pobres. Su juicio no está influenciado por las apariencias o los rumores. Juzga con integridad. Su palabra golpea a los despiadados y sus sentencias dan muerte a la maldad. En sus días ocurren cosas extraordinarias: El lobo habita con el cordero… Toda la creación está en paz. Incluso los enemigos naturales (simbolizados por los animales) conviven en paz. No se produce ningún daño ni perjuicio porque todo el país ‘está lleno del conocimiento del Señor’.
Juan el Bautista se sitúa en el centro del Evangelio de esta semana y de la próxima. Es el ‘que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos’.
Juan preparaba al pueblo para la llegada de Jesús.
Movidos por su predicación, muchos buscaban el bautismo en el río Jordán. Este antiguo rito del agua simboliza la muerte del viejo modo de vida y resucitar a un nuevo modo de vida. En eso consiste el arrepentimiento: en alejarse del pecado y volverse hacia Dios. Se trata de una verdadera conversión del corazón. Se trata de enderezar los caminos de nuestro corazón. El fruto de nuestro arrepentimiento y de nuestra verdadera conversión se manifiesta en las buenas obras.
Nuestra preparación para la venida del ‘día del Señor’ es un ciclo continuo de morir y resucitar; de alejarnos del pecado y volvernos hacia Dios; de rehacer nuestra mente y nuestro corazón según la mente y el corazón de Cristo. Las buenas obras que realizamos dan a Cristo presencia, forma y figura en la realidad concreta de la vida humana. Así pues, la vida cristiana es un acto constante de preparación mediante el arrepentimiento y las buenas obras.
La Navidad no es solo el nacimiento de Jesús hace mucho tiempo. Es también darlo a luz en nuestra vida de cada día.

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