María Magdalena lleva el nombre la noble familia de Pazzis de Florencia, que ya en el s. XV tenía una gran influencia política. Nacida el 2 de abril de 1566, fue educada piadosamente, y desde la niñez mostró sentido profundo de la presencia de Dios, amor ardiente a la Eucaristía y fuerte inclinación por el espíritu de penitencia. Por consejo de su confesor, fue admitida a la primera comunión, contrariamente a las costumbres de la época. A los dieciséis años fue aceptada por las monjas carmelitas de Sta. María de los Ángeles de Florencia, su ciudad natal. Durante el noviciado una grave enfermedad, que duró dos meses, la llevó al desahucio médico, de modo que le fue concedido el adelanto de la profesión. Pero se recuperó. Fue durante tres años vicemaestra, sacristana y seis años maestra de novicias. Se encargó también de las jóvenes profesas y en 1604 fue elegida subpriora. Indecibles sufrimientos físicos y una dura prueba espiritual templaron su paciencia, y fue enriquecida por Dios con gracias extraordinarias. Murió el 25 de mayo de 1607. Beatificada en 1626, fue canonizada el 28 de abril de 1669.
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