Una bula papal en paradero desconocido, fechada en 1304 y dirigida por el Papa Benedicto XI a la Iglesia del Carmelo de Mesina, en Sicilia (ahora llamada Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo), se encontró a la venta por 100 euros en el catálogo de una casa de subastas. El hecho fue notificado a los Carabinieri e intervino la división especial encargada de la recuperación de bienes culturales sustraídos y de la prevención para proteger el patrimonio cultural italiano.
El domingo 26 de septiembre, los Carabinieri devolvieron el documento a los representantes de la Orden. La ceremonia tuvo lugar en la Basílica Carmelita Santuario de Nuestra Señora de la Anunciación en Trapani, Sicilia.
Estuvieron presentes para recibir el documento el P. Mario Alfarano, O. Carm., Archivero General de la Orden, y el P. Roberto Toni, O. Carm., Prior Provincial de la Provincia Italiana. También asistieron los carmelitas que sirven en el santuario y miembros de los laicos carmelitas (Orden Tercera). En representación de los Carabinieri asistieron altos cargos del Núcleo de Carabineros por la Tutela del Patrimonio Cultural de Palermo, bajo el mando del Mayor Gianluigi Marmora.
La bula papal refleja la solicitud de traslado de los carmelitas desde su ubicación en aquel momento, junto a la catedral de Mesina, a la iglesia de San Cataldo. Según el Padre Alfarano, los canónigos se quejaban de que el ruido del priorato de los carmelitas interrumpía los servicios religiosos de los canónigos de la catedral. Esta narración sobre el traslado se menciona en un libro de Placido Samperi (1590-1654) titulado "Iconologia della gloriosa Vergine Madre di Dio Maria protettrice di Messina", lo que confirma la relevancia del hallazgo del documento.
A petición de los Carabinieri y de la Superintendencia de Sicilia, el Archivo General de los Carmelitas tuvo que presentar un estudio documentado para demostrar que el pergamino pertenece a la Orden. Este estudio se publicará en el próximo número de la revista Analecta Ordinis Carmelitarum.
Se cree que la bula papal se perdió durante el terremoto de 1908 que destruyó la iglesia y el priorato de los carmelitas. Se habría conservado en el archivo de la casa. En consecuencia, el propietario de la casa de subastas no fue denunciado.
El documento presenta algunos daños, por lo que se someterá a una restauración. Existen copias del texto en otros lugares, por lo que las palabras dañadas por el deterioro del pergamino también podrán ser recuperadas.