El Viñador paciente
(Lucas 13:1-9)
Si los Evangelios de los dos primeros domingos de Cuaresma (las tentaciones y la transfiguración) son una parábola sobre la vida cristiana (un camino para salir y apartarse de la tentación y ser transfigurado por la gracia de Dios), los Evangelios de este domingo y del siguiente nos dan el ‘mapa de carreteras’.
¿Cómo pasamos de la tentación a la transfiguración? Solamente con el arrepentimiento y el perdón de Dios. Esa es la hoja de ruta de nuestro viaje cristiano.
¡Oh, cómo nos gusta una buena historia sobre el desastre que le sucede a alguien! La fuerza de la respuesta de Jesús a los que le hablaron de los galileos crucificados parece indicar que compartieron esta noticia con cierto deleite. La respuesta de Jesús nos dice que no debemos suponer que las cosas malas únicamente les ocurren a las personas malas y que no debemos pensar que los desastres son una especie de castigo por el pecado; deja de pensar en la culpa de los demás y pon tu esfuerzo en el arrepentimiento, en volver a Dios. La parábola de la higuera que sigue a continuación responde a la pregunta: ‘Si nos arrepentimos, ¿qué tipo de acogida tendremos por parte de Dios?’ Dios trabajará con nosotros como el viñador de la parábola. Nos tratará con amabilidad y ternura y nos devolverá la vida para que podamos producir buenos frutos.
Un momento en silencio para la reflexión