14 de noviembre | Fiesta
De "De Patientia" del Beato Battista Montovano
Sin embargo, diré algo para instarte a desear ver aquellas cosas que los ojos mortales no pueden ver. Tal deseo, al elevar la mente de las cosas terrenales a las celestiales, hace que éstas, aunque todavía sean terrenales y mortales, se conviertan en celestiales al menos en parte. Si es cierto que donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón, si nuestro tesoro está en el cielo, nuestro corazón debe estar también en el cielo. Si está en el cielo, tiene dimensiones celestiales, y es necesario que los deseos de nuestro corazón sean celestiales, mediante el compromiso de meditar en las cosas grandes e infinitas a partir de las más pequeñas.
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