Aunque la mayoría de las veces asociamos el interés del padre Titus por la educación con su trabajo en la Universidad de Nimega, también estuvo muy involucrado en la educación secundaria católica romana. Estas escuelas estaban empezando a arraigar en los Países Bajos. Se dio cuenta de que existía un retraso cultural entre los católicos que había que solucionar. Le preocupaba el deterioro de la relación entre la enseñanza secundaria y la universitaria. Cuando en 1924 se fundó la Asociación de Juntas de Colegios y Gimnasios Católicos Romanos, Titus se convirtió en presidente al año siguiente y continuó en ese cargo hasta su muerte en 1942.
Tras sus estudios de doctorado en Roma, Brandsma comenzó a enseñar filosofía en la escuela que los carmelitas habían fundado en Oss. Se interesaba mucho por las personas que buscaban la verdad y la justicia y eran capaces de encontrar un marco de referencia sólido y un lugar seguro. No se limitó a las aulas. Salió a la comunidad. Descubrió que en Oss había una necesidad imperiosa de educación secundaria. Como hombre de acción, en 1919 se creó en Oss una escuela secundaria de comercio.
En 1923 se inauguró la Escuela Hogere Burger, el actual Liceo Titus Brandsma. Esto brindó la oportunidad de una educación a muchos más jóvenes. La región católica de Twente, con Oldenzaal como centro, también necesitaba una escuela secundaria católica. Esa escuela también se hizo realidad en 1923, al igual que la Universidad Católica de Nimega, donde Titus se convertiría en profesor.
El padre Titus fomentó el estudio de la filosofía en la escuela secundaria. Su razonamiento era que la familiaridad con la filosofía sólo profundizaba en la educación y ayudaba a los estudiantes a pensar de forma independiente y a ser conscientes de lo que es esencial en la vida humana. Le parecía tan importante que incluso elaboró un esquema para el estudio de la filosofía en el nivel secundario.
Muchas de las charlas y escritos del P. Brandsma destacan el valor que él veía en la educación. A menudo lo enmarcaba en términos de una lucha "por el honor de Dios y contra todo mal", y creía que, si nos dedicamos a la educación pero no hablamos de Dios, no alcanzamos nuestro objetivo.
No se puede negar que dejar de lado este factor [el conocimiento de Dios] debe privar a la vida humana de algo que debería ocupar el primer lugar en ella. Así, nuestra juventud se ve privada de lo más noble y mejor.
[De: Constant Dölle, O. Carm., El encuentro con Dios en el abismo: el viaje espiritual de Titus Brandsma. Leuven: Peters. 2002]
*Estatua de Tito Brandsma creada por Gerard Mathot en la calle Thomas van Aquinostraat junto al muro de uno de los edificios de la Universidad de Radboud en Nimega, Países Bajos.