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5. Un Poeta de la Cruz 

annunciation02 450Primeros Estudios

El P. Tito Brandsma hizo su doctorado en filosofía en Roma en 1909. Además, aprovechó sus “años romanos” para estudiar sociología y tomar contacto con las nuevas corrientes del pensamiento social cristiano y con la doctrina social de la Iglesia. Pese a ello, a lo largo de su vida académica, muchos de sus estudios y cursos se centraron en temas de espiritualidad y mística.
Desde que pasó a formar parte del claustro de profesores de la recién creada Universidad Católica de Nimega en 1923, nuestro carmelita fue profesor de “Historia de la mística” y, asimismo, impartió diversos cursos sobre etapas o autores concretos de esa historia.

Ámbitos de Investigación

Tres son los ámbitos específicos en los que el P. Tito desarrolló su labor investigadora. En primer lugar, la traducción y difusión de la obra de Santa Teresa de Jesús. Para él, el hecho de que no hubiese una traducción íntegra y hecha con criterios cientificos de las obras de la Santa suponía una grave laguna para la cultura religiosa de los Países Bajos. Junto a un grupo de entusiastas carmelitas llegaron a traducir varios volúmenes, pero no llegaron a terminar el proyecto.
Estando en la prisión de Scheveningen, el P. Tito continuó trabajando en una biografía espiritual de la Santa y, si bien no la completó, ésta sería completada y publicada en 1946, al terminar la guerra.

En segundo lugar, el profesor Brandsma estudió mucho el pensamiento y la doctrina de autores encuadrados en la llamada “devotio moderna”, en la mística renano-flamenca e incluso de las beguinas, es decir, de la literatura espiritual del centro y norte de Europa (fundamentalmente de los Países Bajos) a finales de la Edad Media. Entre los autores que estudió nuestro carmelita podemos destacar a Jan Van Ruusbroec, a Gerardo Groote y a Hadewijch de Amberes.

Por último, cabe destacar su interés por las figuras de San Willibrordo y San Bonifacio, los evangelizadores de la Frisia, su región de origen. De ellos destacó, en varios artículos y predicaciones, su celo apostólico y su generosidad misionera, algo que al P. Tito le llamaba la atención porque él mismo había querido ir a las misiones en Java, allá por los años 20, pero no le fue permitido por los superiores.

Via Crucis

Desde estas tres influencias desarrolló el P. Tito una profunda piedad por la pasión del Señor y por la cruz.Además, a lo largo de su vida, escribió dos comentarios a las estaciones del Via Crucis. El primero de ellos, escrito en 1921, surgió en circunstancias muy peculiares. El pintor expresionista belga, Albert Servaes había pintado un Via Crucis algo peculiar para los gustos de aquella época, lo que provocó un gran debate. Finalmente, el Santo Oficio de Roma, ordenó que no fuera expuesto en lugares de culto. El P. Tito pidió a Servaes que obedeciera la orden, pero, al mismo tiempo escribió un hermoso comentario a cada una de las estaciones que fue publicado en la revista Opgang.

El segundo comentario fue escrito en circunstancias más dramáticas (en la cárcel de Scheveningen) y estaba destinado a acompañar las imágenes de cada una de las estaciones en el santuario de San Bonifacio de Dokkum, en cuya construcción el P. Tito había tenido un papel importante. A este Via Crucis la falta la reflexión sobre la decimocuarta estación. Quizás no tuvo tiempo de escribirla o quizás la escribiría con su propio testimonio, pocos meses más tarde en el infierno de Dachau.

Qué duda cabe de que esa honda piedad alentó y consoló al prisionero Brandsma en su Via Crucis personal, cuyas estaciones fueron diversas cárceles y campos de concentración. El P. Tito se sentía profundamente unido a la pasión de Cristo y sentía que el Dios crucificado estaba muy cerca de sus sufrimientos. Así lo presentaría, tanto en el hermoso poema Ante una imagen de Jesús en mi celda, como en la conferencia que dio a los demás presos el Viernes Santo de 1942 en el campo de Amersfoort.

Oración

Te pedimos, Señor,

que a imitación de Tito Brandsma,

sepamos estar cerca de ti, junto a la cruz,

y que te sintamos siempre cerca de nosotros en nuestras cruces,

grandes y pequeñas,

como Amigo, compañero de camino y redentor nuestro.

Que la cruz sea siempre para nosotros un signo de amor,

de entrega generosa y total a la causa de la vida,

de solidaridad y compasión por todos.

Que podamos decir siempre, en todas las circunstancias de la vida,

con gozo y plena confianza en ti…

Ave Crux Spes Unica…

María, Madre del Carmelo, ruega por nosotros.

Tito Brandsma, mártir carmelita, intercede por nosotros.

Brandsma.Titus.KinsalePainting 450

Descargue el folleto 5. Un Poeta de la Cruz  pdf aquí (3.91 MB)

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