Enviados para ser el amor de Dios en el mundo
En Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo sobre el grupo de los primeros creyentes cristianos: los discípulos. El don del Espíritu Santo es la culminación de la vida, de la muerte y la resurrección de Jesús.
Sería un error pensar que este don fue dado solo en un momento de la historia. Al contrario, el don del Espíritu Santo es un acontecimiento continuo en la vida de cada persona creyente, está presente en cada etapa de la historia de la humanidad. El Espíritu Santo es la presencia de Dios en medio de nosotros, la forma permanente en que Jesús se hace presente en la Iglesia y en la vida de cada persona.
Hoy, no oramos para recibir el Espíritu Santo. El don del Espíritu Santo se nos ha dado por medio de los sacramentos del bautismo y la confirmación. Sin embargo, oramos para ser consciente de la presencia del Espíritu en nuestras vidas y estar disponibles para que el Espíritu crezca en nosotros y cambie progresivamente nuestras mentes y nuestros corazones a imagen de Jesús.
Con Pentecostés culmina la cincuentena pascual y, comenzamos de nuevo el Tiempo Ordinario. La fiesta de hoy nos recuerda que el Espíritu Santo está presente en los acontecimientos de nuestra vida cotidiana. De esta manera, permitimos que lo sagrado nos toque, nos sane y nos transforme a nosotros y al mundo que nos rodea.
La búsqueda espiritual es encontrar el corazón de Dios dentro del nuestro. Cuando estamos en relación con Cristo a través del Espíritu, los dones fluyen en abundancia. El Espíritu es la fuente de la reconciliación con nosotros mismos y con los demás. La reconciliación es esencial si deseamos “abrazarnos y protegernos” en medio de la vida que nos rodea, especialmente en estos momentos.
El Espíritu nos regala los dones de la sabiduría, la comprensión, el juicio recto, el conocimiento, la piedad y la maravillosa presencia de Dios. Pidamos que todos seamos agradecidos, mientras discernimos y decidimos cómo trabajar mejor, para fortalecernos mutuamente, dejando que el amor de Dios se manifieste en nuestro trabajo y en cada uno de nosotros.
Un compromiso en Pentecostés
Fortalecidos por el Espíritu Santo de Dios, nos comprometemos a asumir más plenamente la misión de nuestro Señor Jesucristo confiados a nosotros en el bautismo.
Rechazamos todo lo que tiene que ver con la autocomplacencia y el interés propio.
Nos comprometemos en la lucha contra la pobreza, la injusticia, el miedo, el sufrimiento y el aislamiento.
Nos comprometemos hacer presente a Cristo en cada momento de nuestras vidas viviendo con esperanza, con confianza, con gentileza, en la verdad y en el autocontrol.
De esta manera el Espíritu estará en nuestras vidas, y cumpliremos nuestra misión de servicio en nuestro mundo.
Llenos del Espíritu Santo, creceremos en amor mutuo, en sabiduría, en valentía, en conocimiento, en perseverancia, en comprensión, descubriendo la maravillosa presencia y acción de Dios en el mundo.
Que Dios, que ha comenzado en nosotros esta buena obra, la lleve a término a través de Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
- pdf Celebrando En Familia - Pentecostés (242 KB)
- pdf Celebrating At Home - Pentecost Sunday [PDF] (311 KB)
- document Celebrating At Home - Pentecost Sunday [ePub] (946 KB)
- pdf Celebrando In Casa - Pentecoste (240 KB)
- pdf Celebrando Em Familia - Pentecostes [Português] (259 KB)
...
Somos conscientes que Cristo não só se faz presente no Santíssimo Sacramento, mas também está em nossos corações. Mesmo quando estamos sós, continuamos sendo membros do Corpo de Cristo.
O lugar que escolher para esta oração, poderia ter uma vela acesa, um crucifixo e a Bíblia. Estes símbolos ajudam a manter-nos conscientes do sagrado que é o tempo de oração e a nos sentirmos unidos com as outras comunidades locais que estão em oração.
A celebração é organizada para que um dos membros da família a presida e os demais membros participem juntos. Porém, a parte do presidente da celebração pode ser compartilhada por todos os presentes.