Pastorear a los otros con el amor de Dios
En la primera lectura, el profeta Jeremías se lamenta del pobre liderazgo que ejercen aquellos a quienes se les ha confiado el rebaño de Dios. Habla de los días venideros en los que Dios escogerá verdaderos pastores que cuidarán los rebaños y los apacentarán (alimentarán). La lectura también espera un verdadero rey-pastor de la casa de David, quien actuará con sabiduría, honestidad e integridad para cuidar del pueblo. Él “salvará a Judá” y será llamado: el Señor nuestra justicia.
En el Evangelio, Marcos muestra a Jesús como un verdadero pastor cuyo corazón se conmueve ante las necesidades de la gente y de sus propios discípulos. Los discípulos han regresado de su predicación y le cuentan a Jesús todo lo que les ha ocurrido. Estos pastores están agotados, pero la gente sigue acudiendo a ellos, tanto que no tienen tiempo para comer.
Jesús, movido por la compasión hacia ellos, los invita a un lugar tranquilo para descansar, pero la gente adivina a dónde va y los sigue. En lugar de despedir a la gente, Jesús mismo se pone a enseñarles mientras los discípulos descansan. Alimenta a la gente con la Palabra de Dios. Esto es lo que hace el amor gratuito, ¿no es así? Nos ayuda a ir más allá, incluso cuando creemos que estamos al límite de nuestras fuerzas.
Y es así como Jesús se encuentra con nosotros, también, como un rey-pastor, con una preocupación genuina por nosotros – no como un rey guerrero - con amenazas y castigos.
En el Evangelio del próximo domingo, Jesús alimentará a la multitud con los panes y los peces. Como un verdadero pastor, Jesús se ocupa de todas las necesidades y el hambre de su pueblo, alimentando tanto los corazones como los cuerpos. Se trata de un enfoque bien fundamentado que Jesús ofrece y que no ignora las necesidades y el hambre espiritual o corporal. Como seguidores de Cristo, nosotros también tratamos de ser personas que satisfacen las verdaderas necesidades y el hambre de nuestros hermanos y hermanas y de todos los que nos han sido confiados.
- pdf Celebrando En Familia - 16 Domingo del Tiempo Ordinario (587 KB)
- pdf Celebrating At Home - 16th Sunday in Ordinary Time [PDF] (590 KB)
- default Celebrating At Home - 16th Sunday in Ordinary Time [ePub] (4.14 MB)
- pdf Celebrando In Casa - 16 Domenica del Tempo Ordinario (593 KB)
...
Somos conscientes que Cristo não só se faz presente no Santíssimo Sacramento, mas também está em nossos corações. Mesmo quando estamos sós, continuamos sendo membros do Corpo de Cristo.
O lugar que escolher para esta oração, poderia ter uma vela acesa, um crucifixo e a Bíblia. Estes símbolos ajudam a manter-nos conscientes do sagrado que é o tempo de oração e a nos sentirmos unidos com as outras comunidades locais que estão em oração.
A celebração é organizada para que um dos membros da família a presida e os demais membros participem juntos. Porém, a parte do presidente da celebração pode ser compartilhada por todos os presentes.