1 de febrero Memoria libre en América Latina
Nacida en Altagracia de Orituco el 11 de agosto de 1863, Susana Paz-Castillo Ramírez, su nombre de Bautismo, acogió con entusiasmo la llamada de Dios a la santidad, y desde muy joven descolló en la práctica de la caridad viva y efectiva, con la cual atendió, consoló y curó a los enfermos y heridos que las contiendas bélicas habían dejado en las calles de su ciudad natal.
Animada por el presbítero Sixto Sosa, más tarde Obispo de Cumaná, se consagró al servicio de los enfermos en el Hospital «San Antonio» fundado en 1903 en Altagracia de Orituco.
Luego, junto con el Padre Sosa, inició la fundación de una nueva Congregación religiosa, dedicada al servicio de los pobres, la cual se constituyó definitivamente el 31 de diciembre de 1910 con el nombre de «Congregación de las Hermanitas de los Pobres de Altagracia de Orituco». Posteriormente la Congregación se agregó a la Orden del Carmelo, y fueron denominadas Terciarias Carmelitas Regulares. Hoy son conocidas como Hermanas Carmelitas Venezolanas o Carmelitas de la Madre Candelaria.