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Jueves, 02 Febrero 2023 08:00

Celebrando en Familia - Quinto Domingo del Tiempo Ordinario

Vulnerables y arriesgados
(Mateo 5:13-16)

El domingo pasado, en las ‘Bienaventuranzas’, Jesús llamó a sus discípulos a ser vulnerables y a vivir su vida de forma arriesgada.

Esta semana, continuando con el Sermón del Monte, Jesús dice que, si viven así, serán como la sal que transforma el sabor de la comida y la luz que transforma la oscuridad.

El camino de transformación produce el sabor y la luz de las buenas obras que alivian las cargas de nuestros semejantes, no para la alabanza del discípulo sino para la alabanza de Dios. De esta forma, estas buenas obras atraen a todos al círculo de la amistad de Dios y a la experiencia del reino.

Los discípulos caminan por el camino de la vulnerabilidad y el riesgo para aliviar las cargas de los seres humanos; para hacer que el mundo sea seguro para sus hermanos y hermanas.
Estas acciones buenas y sanadoras hacia nuestros semejantes restauran la vida, sanan las relaciones y buscan la paz y la justicia.

Esta postura de no agresión, no aferramiento y no competitividad difícilmente podría ser descrita por muchos en el mundo actual como el camino hacia la vida de éxito. Vivir según el Evangelio en un mundo que idolatra y celebra la riqueza, el poder, la violencia, el estatus y el comportamiento engañoso y combativo es un verdadero reto. También nosotros podemos ser fácilmente seducidos.

Tenemos que ser valientes y audaces en nuestro cuidado mutuo, como una ciudad iluminada en lo alto de una colina. ¿Podemos correr el riesgo de ser pobres de espíritu, amables, pacificadores, trabajar por lo que es justo, ser misericordiosos o ser perseguidos por la causa de lo justo? ¿Podemos ser vulnerables y correr riesgos?

Como siempre, la primera lectura (ver más abajo) sirve de introducción al texto del Evangelio.

La lectura de Isaías (58,7-10) ofrece algunos ejemplos muy prácticos de buenas obras: comparte con los hambrientos tu pan, viste al desnudo, cuida de los miembros de tu familia. Entonces ‘brillará tu luz’. La integridad será tuya y Dios caminará contigo. Si acabas con la palabra airada y el puño cerrado, ayudas a quien tiene hambre, alivias a quien está oprimido, tu luz se alzará en las tinieblas y tus sombras se volverán como el mediodía.’

¡Una gran ‘puesta en escena’ para el Evangelio!

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