Martes - Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Señor de poder y de misericordia, que has
querido hacer digno y agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles;
concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que pos prometes. Por nuestro
Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 14,15-24
Al oír esto,
uno de los comensales le dijo: « ¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de
Dios!» Él le respondió: « Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la
hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: `Venid, que ya está
todo preparado.' Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo:
`He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses.' Y otro
dijo: `He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me
dispenses.'Otro dijo: `Me acabo de casar, y por eso no puedo ir.'
«Regresó el
siervo y se lo contó a su señor. Entonces, el dueño de la casa, airado, dijo a
su siervo: `Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar
aquí a los pobres y lisiados, a ciegos y cojos.' Dijo el siervo: `Señor, se ha
hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio.' Dijo el señor al siervo: `Sal a
los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa.' Porque os
digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy sigue la reflexión
alrededor de asuntos enlazados con la comida y las invitaciones. Jesús cuenta
la a parábola del banquete. Mucha gente ha sido invitada, pero la mayoría no
acudió. El dueño de la fiesta se indigna viendo que los convidados no acuden y
manda llamar a los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los cojos. Pero
sigue habiendo sitio. Entonces el dueño manda convidar a todo el mundo, hasta
que la casa queda llena. Esta parábola es una luz para las comunidades del
tiempo de Lucas.
• En las comunidades del tiempo de Lucas
había cristianos, venidos del judaísmo y cristianos venidos de los paganos. A
pesar de las diferencias de raza, clase y género, ellos tenían un gran ideal,
basado en el compartir y en la comunión (Hec 2,42; 4,32; 5,12). Pero había
muchas dificultades, pues los judíos tenían normas de pureza legal que les
impedían comer con los paganos. Y hasta después de haber entrado en la
comunidad cristiana, algunos de ellos guardan la antigua costumbre de no
sentarse con los paganos alrededor de la misma mesa. Así, Pedro tuvo conflictos
en la comunidad de Jerusalén, por haber entrado en casa de Cornelio, un pagano
y haber comido con él (Hec 11,3). En vista de esta problemática de las
comunidades, Lucas guarda una serie de palabras de Jesús respecto a la comunión
alrededor de la mesa (Lc 14,1-24). La parábola que aquí meditamos es un retrato
de lo que estaba aconteciendo en las comunidades.
• Lucas 14,15: Dichoso el que pueda
comer en el Reino de Dios. Jesús había terminado de contar dos parábolas: una
sobre la elección de los lugares (Lc 14,7-11), y la otra sobre la elección de
los invitados (Lc 14,12-14). Al oír estas parábolas, alguien que estaba en la
mesa con Jesús tiene que haber percibido el alcance de la enseñanza de Jesús y
dice: "¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!". Los
judíos comparaban el tiempo futuro del Mesías a un banquete, marcado por la
hartura, la gratitud y la comunión (Is 25,6; 55,1-2; Sal 22,27). El hambre, la
pobreza y la carestía hacían que el pueblo tuviera esperanza de cara al futuro.
La esperanza de los bienes mesiánicos, comúnmente experimentada en los
banquetes, se proyectaba para el final de los tiempos.
• Lucas 14,16-20: El gran banquete está
listo. Jesús responde con una parábola. "Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos". Pero los deberes de cada
cual impiden a los invitados a que acepten la invitación. El primero dice: “He
comprado un campo. ¡Tengo que ir a verlo!” El segundo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas”. El tercero: “Me casé. No puedo ir”. Dentro de las normas y de las
costumbres de la época, aquellas personas tenían derecho a no aceptar la
invitación (cf. Dt 20,5-7).
• Lucas 14,21-22: El banquete permanece
de pie. El dueño de la fiesta queda indignado con las excusas. En el fondo,
quien se indigna es Jesús mismo, pues las normas de estricta observancia de la
ley reducían el espacio para que la gente pudiera vivir gratuitamente un
banquete amigo que engendraba fraternidad y compartir. Allí, el dueño de la
fiesta manda los empleados a que inviten a los pobres, a los ciegos, a los
cojos, a los lisiados. Los que, normalmente, eran excluidos como impuros, ahora
son invitados a sentarse entorno a la mesa del banquete.
• Lucas 14,23-24: Todavía hay sitio. La
sala no se llenó. Había sitio todavía. Entonces, el dueño de la casa manda
invitar a los que andan por los caminos. Son los paganos. Ellos también son
invitados a sentarse entorno a la mesa. Así, en el banquete de la parábola de
Jesús, se sientan juntos a la misma mesa, judíos y paganos. En el tiempo de
Lucas había muchos problemas que impedían la realización de este ideal de la
mesa común. Por medio de la parábola, Lucas muestra que la práctica de la
comunión de la mesa venía de Jesús mismo.
Después de la destrucción de Jerusalén,
en el año 70, los fariseos asumieron el liderazgo en las sinagogas, exigiendo
el cumplimiento rígido de las normas que lo identificaban como pueblo judío.
Los judíos que se convertían al cristianismo eran considerados como una
amenaza, pues derribaban los muros que separaban Israel de los demás pueblos.
Los fariseos trataban de obligarlos a abandonar la fe en Jesús. Todo esto
producía una lenta y paulatina separación entre judíos y cristianos y era
fuente de mucho sufrimiento, sobre todo para los judíos convertidos (Rom 9,1-5).
En la parábola, Lucas deja bien claro que estos judíos convertidos no son
infieles a su pueblo. ¡Es lo contrario! Son los invitados que aceptaron ir al
banquete. Son los verdaderos continuadores de Israel. Infieles fueron quienes
no aceptaron la invitación y no quisieron reconocer en Jesús al Mesías (Lc
22,66; Hec 13,27).
4) Para la reflexión personal
• ¿Cuáles son las personas que
generalmente son invitadas y cuáles no son invitadas a nuestras fiestas?
• ¿Cuáles son los motivos que limitan hoy
la participación de las personas en la sociedad y en la Iglesia? Y ¿cuáles son los motivos que algunos alegan para excluirse de la comunidad? ¿Son
motivos justos?
5) Oración final
Actúa con
esplendor y majestad,
su justicia
permanece para siempre.
De sus
proezas dejó un memorial.
¡Clemente y
compasivo Yahvé! (Sal 111,3-4)
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