Jueves - Tiempo de Cuaresma
1) Oración inicial
Te pedimos
humildemente, Señor, que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra
salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega para celebrar
dignamente el misterio pascual. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Lucas 11,14-23
Estaba expulsando un demonio que era mudo. Apenas
salió el demonio, rompió a hablar el mudo y la gente se admiró. Pero algunos de
ellos dijeron: «Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.»
Otros, para ponerle a prueba, le pedían un signo del cielo. Pero él, conociendo
sus intenciones, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y
una casa se desploma sobre la otra. Si, pues, también Satanás está dividido
contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque decís que yo expulso
los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por
quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero
si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el
Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes
están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las
armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.
El que no
está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.»
3) Reflexión
● El evangelio de hoy es de Lucas
(Lc 11,14-23). El texto paralelo de Marcos (Mc 3,22-27) lo meditamos en
enero.
● Lucas 11,14-16: Las diversas
reacciones ante la expulsión de un demonio. Jesús había expulsado un
demonio que era mudo. La expulsión provocó dos reacciones diferentes. Por un
lado, la multitud se quedó admirada y maravillada. La multitud acepta Jesús y
cree en él. Por otro, los que no aceptan a Jesús y no creen en él. De estos
últimos algunos decían que Jesús expulsaba a los demonios en nombre de Belcebú,
el príncipe de los demonios, y otros querían de él una señal del cielo. Marcos
informa que se trataba de escribas venidos de Jerusalén (Mc 3,22), que no
concordaban con la libertad de Jesús. Querían defender la Tradición contra las novedades de Jesús.
● Lucas 11,17-22: La respuesta
de Jesús se divide en tres partes:
1ª parte: comparación del reino
dividido (vv. 17-18ª) Jesús denuncia lo absurdo
de la calumnia de los escribas. Decir que él expulsa los demonios con la ayuda
del príncipe de los demonios es negar la evidencia. Es lo mismo que decir que
el agua está seca, o que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén lo
calumniaban, porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para
la gente. Tenían miedo a perder la lideranza. Se sentían amenazados en su
autoridad ante el pueblo.
2ª parte: ¿Por quién los expulsan
vuestros hijos? (vv.18b-20) Jesús provoca a los
acusadores y pregunta: “Si yo expulso en nombre de Belcebú, ¿en nombre de quién
los discípulos de ustedes expulsan los demonios? ¡Contesten y expliquen! Si yo
expulso el demonio por el dedo de Dios, ¡es porque llegó el Reino de Dios!”
3ª parte: llegando el más fuerte vence
al fuerte (vv.21-22) Jesús compara el demonio con
un hombre fuerte. Nadie, a no ser que sea una persona más fuerte, podrá robar
en la casa de un hombre fuerte. Jesús es éste más fuerte. Por esto consigue
entrar en la casa y agarrar al hombre fuerte. Jesús agarra al hombre fuerte y
ahora roba en la casa de éste, es decir, libera a las personas que estaban en
el poder del mal. El profeta Isaías había usado la misma comparación para
describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Por esto Lucas dice que la
expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado.
● Lucas 11,23: Quien no está
conmigo, está contra mí. Jesús termina su respuesta con esta frase: “El que
no está conmigo, está contra mí. El que no recoge conmigo, desparrama”. En otra
ocasión, también a propósito de una expulsión del demonio, los discípulos
impidieron a un hombre el que usara el nombre de Jesús para expulsar un
demonio, ya que no era de su grupo. Y Jesús respondió: “No se lo impidáis. Porque
¡l que no está contra vosotros está con vosotros!” (Lc 9,50). Parecen dos
frases contradictorias, pero no lo son. La frase del evangelio de hoy está
dicha contra los enemigos que tienen preconceptos contra Jesús: “Quién no está
conmigo, está contra mí. Y quien no recoge conmigo, dispersa”. Preconcepto y no
aceptación hacen que el diálogo se vuelva imposible y rompen la unión. La otra
frase la pronuncian los discípulos que pensaban tener el monopolio de Jesús:
“¡Quién no está contra vosotros está a favor vuestro!” Mucha gente que no es
cristiana práctica el amor, la bondad, la justicia, muchas veces hasta mejor
que los cristianos. No podemos excluirlos. Son hermanos y obreros en la
construcción del Reino. Nosotros los cristianos no somos dueños de Jesús. Es lo
contrario; ¡Jesús es nuestro dueño!
4) Para la reflexión
personal
● “Quien no está conmigo, está
contra mí. Y quien no recoge conmigo, desparrama” ¿Cómo ocurre esto en mi vida?
● “No se lo impidáis. ¡Quien no
está contra vosotros está a favor vuestro!” ¿Cómo esto acontece en mi vida?
5) Oración final
Venid,
cantemos gozosos a Yahvé,
aclamemos a
la Roca que nos salva;
entremos en
su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con salmos. (Sal 95,1-2)
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