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Displaying items by tag: Calendar of Feasts and Memorials

Miércoles, 13 Noviembre 2024 10:10

Celebración de Todos los Santos de la Orden Carmelita

14 de noviembre Fiesta

La dicha celestial del Paraíso

Del De Patientia del Beato Battista Mantovano, carmelitano

Sobre los gozos del paraíso no me atrevo a escribir desconsideradamente. Isaías y luego Pablo en su primera carta a los Corintios escribieron: Lo que ojo no vio, ni oído oyó, ni jamás entró en corazón de hombre, esto ha preparado Dios para los que le aman. ¿Cómo podría yo intentar poner en palabras lo que ustedes ni siquiera pueden imaginar? Sin embargo, diré algo que os haga desear ver aquellas cosas que los ojos mortales son incapaces de ver. Tal deseo, al elevar la mente de las cosas terrenales a las celestiales, hace que éstas, sin dejar de ser terrenales y mortales, se conviertan al menos parcialmente en celestiales. Si es verdad que donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón, si nuestro tesoro está en el cielo, nuestro corazón debe estar también en el cielo. Si está en el cielo, tiene dimensiones celestiales y es necesario que celestiales sean los deseos de nuestro corazón, mediante la meditación de las cosas grandes e infinitas a partir de las más pequeñas.

Como el cielo supera a la tierra en tamaño, altura y belleza, no dudo de que los bienes celestiales sean preferibles a los terrenales. Digo que no los dudo; y sin embargo no los conozco, porque son superiores a toda nuestra imaginación. El hombre tiene dos facultades intelectuales: el intelecto y la voluntad. Al intelecto le gusta conocer la verdad, a la voluntad le gusta tener consuelo, y hasta tal punto que no puede haber nada más deseable en esta vida. Nuestro conocimiento es imperfecto e imperfecta es nuestra profecía. Razonamos como niños, hablamos como niños, pues vemos como en un espejo, de manera confusa; porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y carga la mente con muchos pensamientos. Pero en el Paraíso el hombre verá cara a cara y conocerá tan perfectamente como es conocido; lo imperfecto desaparecerá y nuestro deseo quedará plenamente satisfecho porque la esencia suprema, que es la verdad primera, se revelará a nuestra inteligencia. Entonces se cumplirá la palabra: «Estad quietos y conoced que Yo soy Dios». Ahora el intelecto, atormentado por tantas fantasías como un niño en un mercado, admira ahora esto o aquello; no se detiene, no ve a Dios, sino que se inquieta y se afana en vano.

Esta patria, en cambio, en la medida en que vivimos santamente, es la patria de nuestra esperanza y de nuestros deseos. En ella dice el profeta: Cosas maravillosas se dicen de ti, ciudad de Dios. Y también: ¡Qué hermosas son tus moradas, Señor de los ejércitos. Mi alma languidece y anhela los atrios del Señor. Y también: Como la cierva anhela las corrientes de agua, así te anhela mi alma, oh, Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo llegaré y veré el rostro de Dios? Entonces Dios será todo en todos, y lo que cada uno quiera será provisto por Dios. Dios se introducirá tan dulcemente en nuestras mentes, que se cumplirá perfectamente lo que dice el Profeta: Me saciaré de tu presencia.

Los bienaventurados oirán resonar por todas partes las más altas alabanzas de Dios, según la palabra del Profeta: Bendito el que habita en tu casa: canta siempre tus alabanzas. Verán los cielos y gustarán toda su armonía; verán a Cristo y a su Madre y todos los cuerpos gloriosos de los bienaventurados. Estos, ya incorruptibles y revestidos de incomparable belleza, serán para quienes los contemplen un espectáculo tan dulce que no sabrán qué mejor desear.

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Martes, 12 Noviembre 2024 09:49

B. Maria Teresa Scrilli, Virgen

13 de noviembre Memoria libre en las provincias italianas

Oh, qué buena guía es gozar de Él, trabajar por Él: y luego volver a descansar en Él.
De los escritos de la Madre María Teresa Scrilli

El sentimiento de la Divina Presencia se había hecho para mí, como ya he dicho, continuo: en la oración no podía aprovecharme de los libros, ni vocalizarla: Era una dulcísima unión (si no me equivoco de la oración de quietud; doy este nombre de unión, creyendo que es tal, según mi poco conocimiento) Dije que era una dulcísima unión, de la cual no sabía desprenderme, o mejor dicho, no me resignaba a su cese, a no ser persuadida a dejar a Dios, por Dios; es decir, a dejar a Dios en la contemplación de Magdalena, para encontrarlo en sus propios deberes, en el cuidado de Marta; lo cual si ella hubiera dado su lugar, y no más, y no se hubiera volcado toda en ellos, por el divino Maestro creo que no hubiera estado bien: Más bien, que gocemos de Él, que trabajemos por Él: y luego volvamos a descansar en Él. ¡Oh, qué buena guía es en esto (como en todo lo demás) el puro amor a Ti! Y ¡qué fácil es, ir mezclado con él, el amor proprio! Digo para nuestra satisfacción, que aunque es espiritual, no lo creo bueno; ni lo creí nunca; ahora me confirman en esto, algunas cosas que he leído, me parece en los escritos de Nuestra Señora Teresa, pero como dije aun antes de leerlos, tenía tal opinión. Es una gran miseria lo que veo, y por eso he tenido experiencia de ello: que o queremos ser piadosos y espirituales a nuestra manera, o no somos piadosos en absoluto: las cabezas pequeñas caen fácilmente en el primer error, las grandes (no las más grandes) en la segunda desgracia. ¡Oh, Dios mío! El orgullo es una cosa mala; en verdad una cosa muy mala, puesto que trastorna y desvía la más hermosa dote del Hombre, que es el entendimiento, hacia su verdadera dirección. Oh si esto se gastara para lo que Tú lo diste... ¡oh nuestra felicidad! ¿Y por qué no se entiende, mientras que Tú de esto, (digo del intelecto) nos hiciste un regalo? Ah! nuestra felicidad que se malgasta, en cosas vanas y falaces, que tal vez no llegaremos a comprender; o porque no se nos da, o porque se nos quita, por una muerte inmadura.

¡Oh ceguera... oh ceguera! Perderse en las ciencias humanas, cuando no sirven al fin inmortal: y tal ciertamente no puede llamarse, lo que una vez tiene su término.

Oh, Esposo mío, oh, Esposo mío: ¡cuán duro es tal conocimiento para quien tanto Te ama! Quiero comprender cuánto se descuidan los hombres en el conocimiento de Ti... como si todo lo demás fuera más necesario que esto. ¡Oh, trastorno de los intelectos humanos! Que en nuestro siglo, por los mejores (quiero decir por los que quieren ser verdaderos cristianos), se aprueban muchas cosas, y mucho más en circunstancia se practican, con la defensa del deber de la conveniencia, y costumbres de los tiempos, que con el paso del tiempo, se civilizan y varían.

¡Oh, tú, civilización, fatal para nosotros, si, poco a poco, en el corazón del hombre, extingues la Religión! Oh, Esposo, oh Esposo: ¿y quién Te seguirá, allá en medio del gran mundo?

Si unos no lo hacen por malicia; otros se miran con humano respeto; otros no lo hacen por ignorancia... Quiero decir, porque son criados y educados en la ignorancia, por su condición y miseria: que no son los primeros que se expresan, pues persiguen y se fascinan en vanas ciencias del mundo, y se descuidan en el conocimiento de las cosas de Dios: ¡ah! No tiene realmente allí, donde reclinar la cabeza: por todas partes se ven espinas y abrojos, de vanidad, y vanidad; y temo, que aun lo que parece virtud, no sea verdadera, ni auténtica, piedad; si no escapan los ricos, y por temor de contagio; pero más ávidos de honor que repugnados de ésta; gozamos de estar detrás.

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Jueves, 07 Noviembre 2024 08:18

Santa Isabel de la Trinidad (OCD), Virgen

8 de noviembre | Memoria libre
 
La Trinidad que adoro
De los «escritos» de Santa Isabel de la Trinidad

Oh, Dios mío, Trinidad que adoro, ayúdame a olvidarme completamente de mí misma, a fijarme en Ti, inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada perturbe mi paz ni me haga abandonarte, oh Inmutable mío, sino que cada momento me sumerja más y más en las profundidades de Tu misterio.

Pacifica mi alma, haz de ella Tu cielo, Tu morada amada, Tu lugar de descanso. Que nunca te deje solo, sino que esté allí enteramente despierto en mi fe, enteramente en adoración, enteramente abandonado a tu acción creadora.

Oh, Cristo mío amado, crucificado por amor, quisiera ser esposa de tu Corazón, quisiera cubrirte de gloria, quisiera amarte hasta la muerte. Pero siento mi impotencia y te pido que «me vistas de ti», que identifiques mi alma con todos los movimientos de tu alma, que me sumerjas, que me invadas, que te sustituyas por mí, para que mi vida no sea más que una irradiación de tu vida. Entra en mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.

Oh, Verbo Eterno, Verbo de mi Dios, quiero pasar mi vida escuchándote, quiero hacerme perfectamente dócil para aprenderlo todo de ti. Entonces, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas las impotencias, quiero siempre mirarte a Ti y permanecer bajo Tu gran luz. Oh mi amada Estrella, fascíname para que nunca más abandone Tu resplandor.

Fuego consumidor, Espíritu de amor, «desciende en mí», para que me haga en mi alma encarnación del Verbo y sea una humanidad añadida en la que Él renueve todo Su Misterio.

Y tú, oh, Padre, inclínate sobre tu pobre criaturita, «cúbrela con tu sombra», y no veas en ella más que «al Amado en quien has puesto toda tu complacencia».

Oh, mi Tres, mi todo, mi dicha, soledad inacabada, inmensidad en la que me pierdo, abandóname a Ti como una presa. Entiérrate en mí para que yo me entierre en Ti, esperando venir a contemplar en Tu luz el abismo de Tu grandeza.

Para saber más sobre la vida de Santa Isabel de la Trinidad ...

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Miércoles, 06 Noviembre 2024 11:02

Beato Francisco Palau i Quer (OCD), Sacerdote

 
7 noviembre Memoria libre en las provincias de España
 
La eficacia de la oración en favor de la Iglesia
De los escritos del Beato Francesco Palau, OCD

Dios, en su providencia, ha dispuesto que nuestros males no se remedien y que sus gracias no nos sean concedidas sino por la oración, y que por la oración de algunos otros se salven (cf. Sant 5, 16 ss). Si los cielos se derramaron desde lo alto y las nubes hicieron llover justicia, si la tierra se abrió y brotó el Salvador (cf. Is 45, 8), Dios quiso que precedieran a su venida los gritos y súplicas de los santos padres y, sobre todo, de aquella Virgen singular que persuadió a los cielos con la fragancia de sus virtudes y atrajo a su seno al Verbo increado. El Redentor vino y mediante la oración continua reconcilió al mundo con su Padre. Para que la oración de Jesucristo y los frutos de su redención se apliquen a alguna nación o pueblo, para que haya quienes los iluminen con la predicación del Evangelio y les administren los sacramentos, es indispensable que haya algunos o muchos que con gemidos y súplicas, con oraciones y sacrificios, hayan conquistado a ese pueblo y lo hayan reconciliado con Dios.

A esto, entre otros fines, tienden los sacrificios que ofrecemos en nuestros altares. La hostia santa que cada día presentamos en ellos al Padre, acompañada de nuestras súplicas, no sólo tiene por objeto renovar la memoria de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, sino también obligar con ella al Dios de bondad para que se digne aplicar la redención de su hijo a la nación, provincia, ciudad, pueblo, o a aquel o aquellos pueblos por los que se celebra la santa Misa. Precisamente en ella se trata con el Padre la redención, es decir, la conversión de las naciones. Antes de que la redención se aplicara al mundo o, lo que es lo mismo, antes de que el estandarte de la cruz se levantara entre las naciones, el Padre dispuso que su Unigénito, hecho carne, se ocupara de él con «continuas súplicas, con grandes gritos y con lágrimas» (Hb 5, 7), con angustias de muerte y con el derramamiento de toda su sangre, especialmente en el altar de la cruz, que levantó en la cumbre del Calvario.

Para conceder su gracia también a los que no la piden, ni pueden pedirla, o no la quieren, Dios dispuso y ordenó: «Orad los unos por los otros, para que os salvéis» (Sant 5,16 ss). Si Dios concedió la gracia de la conversión a san Agustín, se debe a las lágrimas de santa Mónica; y la Iglesia no tendría a san Pablo, dice un santo padre, si no fuera por la oración de san Esteban. Y es digno de mención aquí que los apóstoles, enviados a predicar y enseñar a todas las naciones, reconocen que el fruto de su predicación era más bien efecto de la oración que de sus palabras, cuando al elegir a los siete diáconos para que se ocuparan de las obras externas de caridad dicen: «Nos dedicaremos continuamente a la oración y al ministerio de la palabra» (Hch 6,4). Nótese bien: dicen que se dedicarán primero a la oración y sólo después al ministerio de la palabra, porque sin duda nunca fueron a convertir a un pueblo antes de haber obtenido su conversión en la oración.

Jesucristo pasó toda su vida en oración y sólo predicó tres años.

Del mismo modo que Dios no dispensa sus gracias a los hombres si no es a través de la oración, porque quiere que le reconozcamos como la fuente de la que procede todo bien, tampoco quiere salvarnos de los peligros, curar nuestras heridas o consolarnos en las aflicciones si no es a través de la misma oración.

Para saber más sobre la vida del Beato Francesco Palau, OCD ...

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Martes, 05 Noviembre 2024 15:03

Nuno como carmelita

San Nuno Álvares Pereira, Religioso
6 de noviembre Memoria obligatoria

San Nuno Álvares mantuvo una devoción a Dios casi infantil y un estricto código de moralidad, incluso para los soldados de su ejército. Atribuía sus asombrosas victorias a la intercesión de María en su favor. Aunque el «Santo Condestable» era uno de los hombres más poderosos del reino, utilizó su riqueza e influencia para promover la devoción religiosa y construir muchas iglesias como muestra de su gratitud. Quizá la más espectacular de sus iglesias fue la imponente del Carmo, en Lisboa, que confió al cuidado de los carmelitas. Proporcionó la construcción de una gran casa para albergar a los religiosos. En aquella época, sólo había una casa carmelita en Portugal, en Moura. La nueva casa y la iglesia fueron generosamente dotadas por el Condestable, que también insistió en la oración regular y la estricta observancia de la Regla.

Mientras que las ruinas de la iglesia de Carmo, en Lisboa, son hoy sólo un cascarón tras el terremoto de Lisboa de 1755, la casa que construyó para los carmelitas junto a la iglesia permaneció intacta. De hecho, San Nuno ingresaría en la Orden y viviría como hermano en esta casa tras su retiro del servicio militar. Hoy en día, el edificio, conocido como el Cuartel del Carmo, sirve como cuartel general de la Guardia Nacional Republicana (GNR), aunque conserva algunos de los elementos que estaban presentes en la época de San Nuno.

En la planta baja, una «celda» contiene algunos objetos de la vida de San Nuno. Una placa cerca de la puerta de la celda reza: «Este es el lugar de la celda donde murió el Condestable el 1 de noviembre de 1431». Sobre la cama está su hábito. En una pared cuelgan dos objetos de mortificación popular: una disciplina, instrumento para la autoflagelación, y un cilicio de cadena metálica con púas que apuntan hacia dentro.

Otros objetos son una bandera adornada con una gran cruz e imágenes de San Jorge, San Thiago, San Juan y de María, una de ellas con el Niño Jesús. También hay un gran baúl y una pequeña estatua del Santo de pie sobre un antiguo altar decorado con una gran Cruz en el estilo preferido por San Nuno.

La tumba de San Nuno Álvares Pereira se perdió en el famoso terremoto de Lisboa de 1755. Su epitafio rezaba: 

«Aquí yace aquel famoso Nuno, el Condestable, fundador de la Casa de Braganza, excelente general, monje bendito, que durante su vida en la tierra deseó tan ardientemente el Reino de los Cielos que, después de su muerte, mereció la compañía eterna de los Santos. Sus honores mundanos fueron innumerables, pero les dio la espalda. Fue un gran Príncipe, pero se hizo a sí mismo un humilde monje. Fundó, construyó y dotó esta iglesia en la que descansa su cuerpo».

Lea más sobre la vida de San Nuno Álvares ...

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Martes, 05 Noviembre 2024 07:47

Exhortaciones de la beata Francisca de Amboise

5 de Noviembre | Memoria libre

La tentación estimula la virtud
De las Exhortaciones de la Beata Francisca de Amboise a las Monjas

Cualquier pena o malestar que tengáis en el corazón, llevadlo con la mayor paciencia posible, y pensad que es vuestra cruz. Ayudad al Señor y llevadla con él, de buena gana, con buen ánimo, pues siempre debéis llevar la cruz, y si rechazáis una, podéis encontrar otra más pesada. Con fe y esperanza en la ayuda de Dios, se vence la tentación. No hay que desanimarse ni detenerse en el camino, sino armarse siempre de valor. Pensad en las penas y en las grandes tentaciones que tuvieron que soportar los santos padres en el desierto. Las penas que sufrieron en el espíritu fueron sin comparación mucho más duras que las penitencias y privaciones que impusieron a sus cuerpos. Quien no es tentado no adquiere ninguna virtud. Acepta, pues, lo que agrada a Dios, que nunca envía sufrimientos que no sean para nuestro bien. Dice en el Evangelio: El que quiera venir en pos de mí, que empiece a negarse a sí mismo, es decir, a olvidarse de sí mismo, a no tener amor propio, a despreciarse y a desear ser despreciado por los demás. Nuestro Señor dice que debemos tomar la cruz para seguirle, es decir, aceptar la penitencia y el tormento por su causa, como Él cargó con la cruz por nuestro amor.

Pero yo os exhorto: ¡no la llevéis como Simeone el Cireneo! De Nuestro Señor, agotado por los golpes y tormentos que había soportado, los judíos, temiendo que muriera antes de llegar al lugar donde iba a ser crucificado, bajaron la cruz y la cargaron sobre Simón. Simón la tomó de mala gana y, aunque la cargó, no murió en ella como nuestro Señor, que la cargó por su propia voluntad y voluntariamente, y murió allí entregando su alma a Dios, su Padre.

Haced como él, siguiendo su ejemplo. Tenéis la cruz de la penitencia; llevadla voluntariamente hasta el fin: en ella moriréis y le entregaréis vuestras almas. Alabad y dad gracias a Dios por haberos llamado a su servicio. No despreciéis a nadie, pensad que el mandamiento de Dios es que améis a vuestro prójimo como a vosotros mismos y a todas vuestras hermanas, incluso a las que os hacen o quieren haceros mal.

Sobre todo, tened caridad los unos con los otros y procurad vencer vuestras pasiones. Tomad hoy un remedio y mañana otro, y así venceréis poco a poco vuestras tentaciones, y cuando el Señor vea vuestra buena voluntad y perseverancia, os dará su gracia y os ayudará a llevar hasta el fin las cargas de la vida religiosa. Nada os será difícil de soportar por amor a Él.

(Carmelus,11 [1964] 254-255)

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Lunes, 04 Noviembre 2024 15:13

B. Francisca de Amboise, Religiosa

5 de noviembre Memoria libre

Nació en el año 1427, probablemente en Thouars (Francia). A los quince años casó con Pedro II, duque de Bretaña, junto con el cual fue coronada en la catedral de Rennes en 1450. Quedó viuda en 1457, no quiso contraer segundas nupcias y se orientó hacia la vida religiosa. Con este fin construyó en 1463 un Carmelo femenino en Bondon, aconsejada por el beato Juan Soreth, Prior General de la Orden.

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Santa María Magdalena de Pazzi tema de la próxima conferencia en el Centro de Estudios Carmelitas

El Centro de Estudios Carmelitas de la Universidad Católica de América acogerá el 24 de octubre de 2024 una conferencia impartida por el carmelita Simon Nolan, PhD, prior provincial de la Provincia Irlandesa de la Orden y antiguo decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Pontificia de San Patricio en Maynooth, Irlanda. La conferencia se titula “Despertar al amor de Dios: Santa María Magdalena de Pazzi sobre la dimensión mística de toda vida cristiana”.

Para aquellos que deseen estar presentes, la conferencia se celebrará en la sala de juntas de Curley Hall. La conferencia tendrá lugar de 17:00 a 18:30 (hora del este de EE.UU.). Tras la conferencia habrá una recepción. Para aquellos que no puedan asistir en persona, podrán seguir la retransmisión en directo.

Santa María Magdalena de Pazzi (1566-1607) de Florencia, Italia, es llamada la «santa extática» debido a su don especial de Dios para ser consciente de su unión con Dios mientras sus sentidos internos y externos estaban separados del mundo sensible. Hoy despierta un renovado interés y se han publicado varios libros sobre su espiritualidad.

Para saber más sobre la vida de Santa Teresa y su obra y legado, sugerimos la lectura de los siguientes libros de Edizioni Carmelitane, la casa editorial de la Orden de los Carmelitas:

Santa María Magdalena de Pazzi: imagen y mística (450 Años de su Nacimiento 1566-2016), de los editores Henar Pizarro Llorente y Esther Jiménez Pablo.

Santa María Magdalena de Pazzi, de Juan Bautista Diamante (Estudios de M.a Eugenia Ramos Fernández y M.a Jesús Fernández Cordero). 

Para consultar ésta y otras muchas excelentes publicaciones de Edizioni Carmelitane, haga clic aquí.

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15 de Octubre | Fiesta

Teresa está entre las figuras más relevantes de la mística católica de todos los tiempos. Sus obras - especialmente las cuatro más conocidas (Vida, Camino de Perfección, Moradas y Fundaciones) - junto con sus obras de carácter más histórico, contienen una doctrina que abraza toda la vida del alma, desde los primeros pasos hasta la intimidad con Dios en el centro del Castillo Interior. Su cartas, además, nos la muestran absorbida por los problemas más variados de cada día y de cada circunstancia. Su doctrina sobre la unión del alma con Dios (doctrina vivida por ella íntimamente) está en la línea de la del Carmelo que la ha precedido y que ella ha contribuido de manera notable a enriquecer, y que ha transmitido no sólo a los hermanos, hijos e hijas espirituales, sino a toda la Iglesia, a la que sirvió sin escatimar esfuerzos. Al morir su alegría fue la de poder afirmar: "muero como hija de la Iglesia".

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En noviembre, Edizioni Carmelitane lanzará una nueva publicación muy oportuna del renombrado autor filipino Macario Ofilada Mina, A Spirituality of Truth: Philosophical Explorations of St. Teresa of Jesus.

Mientras tanto, para saber más sobre la vida de Santa Teresa y su obra y legado, sugerimos la lectura de los siguientes libros de Edizioni Carmelitane Sermones en honor de Santa Teresa de JesúsEl hogar de Santa Teresa: En torno al estado del Carmelo español en tiempos de la Santa y La reforma del Carmelo español: La visita canónica del general Rubeo y su encuentro con Santa Teresa (1566-1567).

Para consultar ésta y otras muchas excelentes publicaciones de Edizioni Carmelitane, haga clic aquí.

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Lunes, 30 Septiembre 2024 13:48

Fiesta de Santa Teresa de Lisieux

Con ocasión de la fiesta de Santa Teresa de Lisieux, la Oficina de Comunicación se complace en presentar tres reflexiones sobre su vida y su doctrina, a cargo del P. Giampiero Molinari, miembro de la Provincia italiana. Estas tres conferencias formaban parte del programa de formación permanente para la región europea. La primera conferencia se impartió en octubre de 2023, 150 aniversario del nacimiento de la santa y centenario de su beatificación por el Papa Pío XI. La tercera y última conferencia se impartió el 20 de abril de 2024.

Cada conferencia incluye preguntas para la reflexión.

Esperamos que disfruten de estas presentaciones sobre la vida de Teresa experimentando la misericordia y la gracia, el «Caminito» de Teresa, y Teresa y la Iglesia, y que se sientan atraídos a reflexionar sobre ellas en su propia vida.

Conferencia 1: Itinerario de Santa Teresa de Lisieux como Identificación Con Cristo: La Misericordia en La Fragilidad y el Primado de la Gracia

pdf Preguntas de reflexión (364 KB)

Conferencia 2: El “caminito”: una espiritualidad de lo cotidiano

pdf Preguntas de reflexión (363 KB)

Conferencia 3: “En el Corazón de la Iglesia” (ms B 3v): Horizonte Apostólico de Santa Teresa de Lisieux

pdf Preguntas para reflexionar (363 KB)

Para leer más sobre la vida de Santa Teresa de Lisieux, Virgen y Doctora de la Iglesia

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